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Insultante y criminal burla al pueblo de Tláhuac
Pretenden ocultar la verdad sobre la colosal estafa de predios a campesinos y los millonarios negocios con empresas trasnacionales. El Metro es una justificación mentirosa del gobierno capitalino; la antidemocracia del PRD, el terrorismo de Estado y la corrupción avanzada en dimensiones inusitadas en la capital del país.
Diversos sectores de la población de Tláhuac sostienen que el jefe capitalino, Marcelo Ebrard (a) La Novia del Chucky y el delegado, Gilberto Ensástiga apodado El Mapache Amarrillo, en su afán de ganar más espacios de poder político y económico en el DF, se han visto metidos en una guerra de mafias, cárteles y padillas que tienen a la delegación, provocando un vacío de poder.
Las instituciones son vulnerables y manchadas por la ambición, el abuso de poder y las constantes acusaciones de corrupción, por parte Marcelo Ebrard y Gilberto Ensástiga, quienes generan un gobierno anárquico y con tintes de ingobernabilidad, para favorecer a empresarios que les dejarán ganancias millonarias con la conformación de negocios a los alrededores de la nueva construcción de la línea del metro de Tláhuac al Estado de México.
Hasta el momento, con el despojo arbitrario de terrenos a campesinos de Tláhuac, exhiben a sus gobernantes, Marcelo Ebrard y su esbirro, Gilberto Ensástiga, una administración de descontento, autoritarismo y corrupción, donde para ellos es el asegurar negocios que les dejan millonarias ganancias, mientras el grueso de la población ingresa al ejército de los pobres.
Las más de 180 hectáreas que despojarán y que serán utilizadas para la construcción del Metro, es otra táctica de sus mentiras y sus farsas de gobierno capitalino, al tiempo que demuestra que el poder en la ciudad capital se ejerce con tintes de represión, derroche, extorsión, tráfico de tierras, prepotencia, impunidad y hasta sus nexos con el narcotráfico.
El despojo de tierras en la Delegación Tláhuac son la violación a los derechos constitucionales con una embestida del gobierno del PRD hacia la población y la marcha con los métodos viejos del poder, en cuyo tranvía es guiado con la mentalidad de una venganza brutal, para defender al precio que sea sus negocios multimillonarios con las empresas trasnacionales favorecidas en la construcción de la línea del metro.
Los campesinos afectados, sostuvieron que por la ambición y ceguera de Marcelo Ebrard y su compinche Gilberto Ensástiga , el despojo arbitrario de tierras en Tláhuac garantiza su modelo de gobernar, con actos de simulación, soberbia, intolerancia y negligencia hasta dejar a más de 100 mil habitantes sin oportunidades de desarrollo.
De tal forma, sostienen que “frente a un gobierno faccioso, la gran masa marginada, reprimida y explotada, pese a la diversidad de intereses sociales, sufre una agresión común y comparten, Marcelo Ebrard y Gilberto Ensástiga, una visión similar al enemigo común, desde cualquier perspectiva provocan que su imagen se denigre y el gobierno pierde credibilidad ante sus gobernados.
Pretenden ocultar la verdad sobre la colosal estafa de predios a campesinos y los millonarios negocios con empresas trasnacionales. El Metro es una justificación mentirosa del gobierno capitalino; la antidemocracia del PRD, el terrorismo de Estado y la corrupción avanzada en dimensiones inusitadas en la capital del país.
Diversos sectores de la población de Tláhuac sostienen que el jefe capitalino, Marcelo Ebrard (a) La Novia del Chucky y el delegado, Gilberto Ensástiga apodado El Mapache Amarrillo, en su afán de ganar más espacios de poder político y económico en el DF, se han visto metidos en una guerra de mafias, cárteles y padillas que tienen a la delegación, provocando un vacío de poder.
Las instituciones son vulnerables y manchadas por la ambición, el abuso de poder y las constantes acusaciones de corrupción, por parte Marcelo Ebrard y Gilberto Ensástiga, quienes generan un gobierno anárquico y con tintes de ingobernabilidad, para favorecer a empresarios que les dejarán ganancias millonarias con la conformación de negocios a los alrededores de la nueva construcción de la línea del metro de Tláhuac al Estado de México.
Hasta el momento, con el despojo arbitrario de terrenos a campesinos de Tláhuac, exhiben a sus gobernantes, Marcelo Ebrard y su esbirro, Gilberto Ensástiga, una administración de descontento, autoritarismo y corrupción, donde para ellos es el asegurar negocios que les dejan millonarias ganancias, mientras el grueso de la población ingresa al ejército de los pobres.
Las más de 180 hectáreas que despojarán y que serán utilizadas para la construcción del Metro, es otra táctica de sus mentiras y sus farsas de gobierno capitalino, al tiempo que demuestra que el poder en la ciudad capital se ejerce con tintes de represión, derroche, extorsión, tráfico de tierras, prepotencia, impunidad y hasta sus nexos con el narcotráfico.
El despojo de tierras en la Delegación Tláhuac son la violación a los derechos constitucionales con una embestida del gobierno del PRD hacia la población y la marcha con los métodos viejos del poder, en cuyo tranvía es guiado con la mentalidad de una venganza brutal, para defender al precio que sea sus negocios multimillonarios con las empresas trasnacionales favorecidas en la construcción de la línea del metro.
Los campesinos afectados, sostuvieron que por la ambición y ceguera de Marcelo Ebrard y su compinche Gilberto Ensástiga , el despojo arbitrario de tierras en Tláhuac garantiza su modelo de gobernar, con actos de simulación, soberbia, intolerancia y negligencia hasta dejar a más de 100 mil habitantes sin oportunidades de desarrollo.
De tal forma, sostienen que “frente a un gobierno faccioso, la gran masa marginada, reprimida y explotada, pese a la diversidad de intereses sociales, sufre una agresión común y comparten, Marcelo Ebrard y Gilberto Ensástiga, una visión similar al enemigo común, desde cualquier perspectiva provocan que su imagen se denigre y el gobierno pierde credibilidad ante sus gobernados.
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