lunes, 16 de febrero de 2009

Onésimo Cepeda “corrompe” a la Iglesia apóstata


· ¿De dónde obtuvo 130 millones de dólares?
Por: A. Arrieta Amaya
Luego de ser acusado el Obispo Onésimo Cepeda por fraude millonario por 130 millones de dólares, ante la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, queda demostrado que el poder de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana en nuestro país es absoluto y goza de una impunidad sin límites a tanta desfachatez corrupta con la clase en el poder, no sólo del Estado de México sino de país.
Los hechos de ilegalidad y de abuso de poder de los jerarcas de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana en México, exhibidos por la corrupción en los escenarios de la prostitución, vicio y de recibir limosnas millonarias de capos de la droga, carcome a su estructura religiosa y representa la vergüenza nacional. Además, de ser la enajenación y ambición de poder putrefacto, mismo que consiguen con el roce que se dan con la clase empresarial y política, sin importar convertir su ideología religiosa en una apostasía del verdadero evangelio de Cristo.
Los prelados reconocen que con las promulgadas Leyes de Reforma y la Constitución de 1857, perdieron privilegios, los fueros políticos y financieros de la jerarquía eclesiástica romana y de sus allegados los grandes terratenientes, los dirigentes del campo reaccionarios considerándose incapaces de vencer por sí solos, a los entonces, liberales, llegaron a la conclusión de que era necesario convertir a México en colonia de una potencia extranjera para poder recuperar los fueros y privilegios perdidos.
Pero, la relación política de la Iglesia Católica con los individuos de estado y el control ideológico que representan, buscan afanosamente regresar al poder que les fue arrebatado por más de un siglo por el Benemérito de las Américas, Don Benito Juárez, cada día se encuentran más cerca de conseguirlo al desplazar y llenar con su doctrina falsa el vacío ideológico, que no pueden cubrir los partidos políticos. Institutos políticos que se encuentran en una lucha encarnizada por obtener cuotas de poder al través de la democracia simulada.
En craso error democrático en que han caído los partidos políticos más representativos del país (PRI, PAN y PRD), recurren a esquemas del pasado y su legitimidad queda apoyada en concesiones antihistóricas a la jerarquía eclesiástica, y de mantener al país sujeto a las imposiciones del capital extranjero – ahora por medio del régimen del liberalismo social- que exige desde mutilar nuestro territorio hasta la pérdida de nuestra nacionalidad.
Así, la inusitada presencia de la jerarquía eclesiástica en el Palacio Legislativo, el primero de diciembre de 1988, puso en evidencia el poder ideológico que tiene sobre el pueblo de México para respaldar la ilegitimidad del entonces nuevo gobierno priísta. Posteriormente con Ernesto Zedillo y Vicente Fox – este con el PAN logró sacar de los Pinos al PRI- ofrecieron apoyar las ambiciones eclesiásticas en materia de libertad religiosa, acceso del clero a los medios de comunicación masiva y promover la reformar constitucional a los artículos 24 y 130, para darle a la Iglesia Católica derechos políticos y libertades civiles como una apertura que le permitiera al clero recobrar el poder total en México.
Los enajenadores del poder, coristas del PRI, PRD y PAN y solícitos buscan que los jerarcas eclesiásticos guarden calma porque se les cumpliera lo prometido, pero con la oportunidad de recuperar todos los fueros y privilegios perdidos no se volverán a presentar en el futuro.
El engaño social se lleva a cabo el clero con el doble lenguaje, se habla de modernidad, por los hechos del bienestar del pueblo y de la libertad, independencia y soberanía de la Nación se empuja al país por la senda de la violencia, dentro de un marco de Nazismo tecnocratizado que mira al XXI como su esperanza de florecer en un mundo en el que se detuvo el tiempo e la transformación social y la elevación del espíritu humano.
De tal forma, el poder financiero y poder eclesiástico, capitalismo internacional y Vaticano, son los recursos en las que asienta la estabilidad de la administración pública, estabilidad que debiera estar asentada sobre la firmeza de la soberanía popular, pero su objetivo de recuperar todos los fueros y privilegios perdidos que no se volverán a presentar en el futuro. Es la oportunidad, al precio que sea y por encima de quien sea un obstáculo, es hacerse del poder presidencial.
Un fraude maléfico
Los abogados Xavier Olea, Arsenio Farell Campa y Jorge Castro Trejo son quienes encabezan la denuncia que se presentó ante la Procuraduría General de Justicia local en contra del obispo de Ecatepec, Onésimo Cepeda Silva y del administrador y el empresario Jaime Matute Labrador, por presunto fraude procesal de 130 millones de dólares.
El representante legal de la empresa Arthinia Internacional, informó que el fraude de 130 millones de dólares es por un supuesto embargo de al menos 40 obras de arte autoría de reconocidos pintores como Rufino Tamayo, Diego Rivera, José Clemente Orozco y Pablo Picasso.
El litigante se presentó ante la oficialía de partes de la Procuraduría capitalina para denunciar una “simulación de actos jurídicos” o fraude procesal, por los cuales, presuntamente les permitió adjudicarse la propiedad de las obras pictóricas, propiedad de la señora Olga Azcárraga Madero, fallecida el 21 de noviembre de 2003.
La simulación de actos jurídicos consiste en la presentación de un pagaré supuestamente firmado por la hoy occisa, Azcárraga Madero, ante un juez civil para reclamar el cobro de dicha cantidad, o en su defecto proceder a un embargo, lo que a entender del litigante, representa un fraude procesal en agravio de la empresa que representa, pues el documento carece de una validez oficial.
El fundamento de la querella es que el obispo sostiene que hace cinco años le prestó 130 millones de dólares en efectivo a la señora Olga Azcárraga (hermana del presidente de Grupo Fórmula, Rogelio Azcárraga), siete meses antes de su muerte, una operación financiera que algunos familiares de la occisa aseguran es falsa.
El abogado informó que Cepeda y Matute han ostentado un pagaré que avala la entrega en calidad de préstamo, por parte del jerarca católico, de 130 millones de dólares en efectivo a favor de la mujer, transacción que se llevó a cabo el 28 de abril del año 2003.
Olea Peláez, aseguró que Jaime Matute se valió de la estrecha relación que tenía con la señora Azcárraga, al fungir como su administrador financiero en la empresa Arthinia Internacional y asesorarla en transacciones comerciales y financieras (posteriormente albacea que encabezaría la sucesión de bienes de la señora), utilizando la información para coludirse con el obispo Onésimo Cepeda (su confesor) y planear el presunto despojo al convencerla de firmar un papel en blanco en abril de 2003.
Precisó que ahora, Onésimo Cepeda deberá explicar cómo un jerarca de la Iglesia obtuvo 130 millones de dólares en efectivo para prestarlos a un particular, ya que no hay pruebas de la procedencia de dicho dinero.
“Cómo un obispo de la Iglesia católica puede tener 130 millones de dólares en efectivo para prestar. Posteriormente, el sacerdote endosa en propiedad ese pagaré a Matute Labrador, quien lo presenta ante un juzgado civil para embargar los derechos litigiosos de un juicio sucesorio en agravio de la señora Azcárraga Madero”
Dentro de las interrogantes que se hacen los querellantes son: “¿De dónde, un representante de la Iglesia católica “tiene esa cantidad y la entrega en efectivo”, además por que concepto?”.
“No es verdad que el suscrito Onésimo Cepeda sea un hombre rico en lo material, y menos cierta es la supuesta capacidad económica que el actor me atribuye para satisfacer el apetito de dinero que mediante este juicio revela”, sostuvo el prelado ante el juez 56 de lo civil del Distrito Federal.
Aseguró que Onésimo Cepeda, en su carácter de ministro de culto, esta “impedido” para realizar operaciones mercantiles credicticias cuando éstas persigan fines de lucro, como se establece en la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público.
Las obras en litigio son de autores de reconocimiento mundial, algunas de las cuales podrían ser consideradas patrimonio nacional, como es el caso de Mujer caminando, del oaxaqueño Rufino Tamayo, cotizada en un millón de dólares, también se encuentran un Modigliani, un Rivera, un Orozco, un Clausell y un Picasso.
El único activo de esta empresa, que se constituyó el 7 de junio de 1976 en la ciudad de Panamá, Panamá, con un capital social de 25 mil dólares, son 24 obras de arte, entre ellas Tunas, de Frida Khalo; Autorretrato, de Oskar Kokosha; El baile, de Francisco Goitia, y Naturaleza, de Diego Rivera, así como otras de Leonora Carrington, Goya, Pablo Picasso, Marc Chagall y Amedeo Modigliani.

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